Principat de Catalunya es el nombre histórico y tradicional de Cataluña. Es un término jurídico (en latín principatus) que apareció en el siglo XIV para nombrar al territorio bajo jurisdicción de las Cortes Catalanas, el soberano del cual (en latín, princeps) era el rey de la Corona de Aragón.
Los Usatges hacen coincidir el título de Princeps con el de Conde de Barcelona.
A menudo se ha utilizado el título nobiliario de Príncipe por el heredero de la corona. En el caso de la Corona de Aragón, el heredero ostentaba el título de Duque de Gerona, más tarde cambiado a Príncipe de Gerona. No se debe confundir, por tanto, el Principado de Cataluña con un título nobiliario.
La primera fijación de límites entre los dos territorios integrantes de la Corona de Aragón se produce en 1214: al tratar de declararse una tregua general en toda Cataluña se considera que ésta llega hasta el Cinca, si bien dicha frontera sufrirá varias modificaciones a lo largo de ese mismo siglo.
La primera referencia al Principatus Cathaloniae se encuentra en la convocatoria de las Cortes de Perpiñán, de 1350, presididas por el rey Pedro el Ceremonioso, si bien en el Usatge 65 de las Cortes barcelonesas de 1064, en tiempos del conde Ramón Berenguer I, ya se denomina principatus al conjunto formado por los condados de Barcelona, Gerona y Osona.
El mismo conde Ramón Berenguer I es llamado "príncipe de Barcelona, conde de Gerona y marqués de Osona" (princeps Barchinonensis, comes Gerundensis, marchio Ausonensis) en las Actas de consagración de la catedral de Barcelona, en 1058.
El nombre de Principado se siguió utilizando en los Decretos de Nueva Planta de la administración borbónica y estuvo plenamente vigente hasta el siglo XIX. Sin embargo, en el Real Decreto de 30 de noviembre de 1833 por el que se establece la división provincial de España de Javier de Burgos, el único principado que se menciona es el de Asturias, mencionándose a Cataluña simplemente así.
Permítanme hacer una propuesta de análisis:
ResponderEliminarEn la época de dominación musulmana de los territorios que hoy son Cataluña se hizo un pacto de vasallaje y enfeudamiento con Carlomagno para que les apoyara en su conflicto con el Califato 'Umawy (Omeya) de Córdoba, pues los musulmanes del norte eran pro Califato Abbasy.
En tiempos de Jacme I hubo un intento jurídico de deshacer aquel vasallaje, pero no se logró zanjar definitivamente hasta la Paz de los Pirineos.
Debido a aquel pacto, el Rey de Aragón sólo podía ser conde en los territorios catalanes, porque allí la titularidad real –más nominal que efectiva– correspondía al rey de Francia. Ello explica por qué dejó escrito Jacme I que su título favorito era el de Rey de Aragón y también por qué las Cortes Catalanas proclamaron a Luis XIV rey o príncipe de Cataluña –no recuerdo exactamente el título– en contra de Felipe IV.
Con los mejores deseos
Angel Pascual Rodrigo
En el tratado de Corbeil (1258) se zanjó ese tema. En él el rey de Aragón renunciaba a sus derechos sobre territorios transpirenaicos y el rey de Francia hacía lo mismo sobre territorios peninsulares.
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