El nuevo rey, Alfonso XII, con la aureola de su juventud y simpatía, así como las esperanzas que suscitaba –según constata Soldevila- eligió como lugar de llegada a su reino el puerto de Barcelona, que le ofreció un recibimiento entusiasta, parece que al menos tan sincero y auténtico como en los mejores precedentes de sus regios antepasados… “Madre mía –decía el rey en telegrama a su madre, la reina Isabel- el recibimiento que me ha hecho Barcelona excede a mis esperanzas y excedería a tus deseos…”
Don Alfonso visitó el Fomento del Trabajo Nacional y en respuesta al discurso del presidente Pedro Bosch y Labrús, discurso proteccionista, dijo:
“Si lograse hacer de toda España una Barcelona, estoy seguro de que habría hecho de mi patria una gran nación”.
Una comisión le entregó al rey Alfonso XII un Memorial que se titulaba “Memoria en defensa de los intereses morales y materiales de Cataluña”, más conocido como “Memorial de Greuges” (más información:
http://elprincipatdecatalunya.blogspot.com/2009/11/memorial-de-greuges.html)
http://elprincipatdecatalunya.blogspot.com/2009/11/memorial-de-greuges.html)
La comisión estaba integrada por personalidades de la taya de Jacinto Verdaguer, Àngel Guimerà o Federic Soler. Ante este memorial el rey expresó:
“Cataluña puede llevarse la seguridad de que seré su abogado, y abogado convencido, en las cuestiones de su industria y de sus leyes, porque en cuanto a la primera soy proteccionista y tan individualista como la comisión en lo que respecta a la segunda”.
Los catalanes en la historia de España, págs. 209-211