lunes, 1 de agosto de 2011

Narciso Monturiol i Estarriol


Nacido el 29 de septiembre de 1819 en Figueras, provincia de Gerona, pasaría a la historia por inventar el submarino, aunque no se desarrollaría por completo durante su vida.

Tras unos estudios jurídicos, por los que no mostró interés, Monturiol se dedicó a las ciencias naturales y a la política. Admirador de Étienne Cabet fundó los primeros periódicos comunistas de España: El Padre de Familia y La Fraternidad. A causa de su participación en los sucesos revolucionarios de 1848 se vio obligado a residir en Francia, de donde regresó poco después para instalarse en Cadaqués.

Fue en dicha localidad gerundense donde, al observar el penoso trabajo de los pescadores de coral, comenzó a reflexionar sobre la construcción de un artefacto que permitiese navegar bajo el agua.

Gracias a las aportaciones de varios amigos logró diseñar y construir en la Barceloneta la nave que bautizó con el nombre de Ictíneo. Tras numerosas pruebas el 23 de septiembre de 1859 se sumergió en Barcelona ante las autoridades y numeroso público. Dado el buen resultado de esta primera prueba, continuó perfeccionando el invento y dándolo a conocer con el fin de obtener ayuda financiera para su desarrollo.

En febrero del año siguiente redactó una memoria sobre los fines perseguidos y los objetivos que iba alcanzando en su trabajo. Éstas son las líneas con las que la concluía.

“¿Qué nos falta para lanzarnos a esta gloriosa conquista? ¿Acaso capitales? Los tenemos sobrados. Personas inteligentes no pueden faltar en nuestra España (…). Creo que nadie duda ya de la regeneración de nuestro país. En otro tiempo la adquisición de las Américas dio renombre a nuestra patria, hizo de nosotros la primera de las naciones; y a pesar de nuestras desgracias, somos la nación que más gloria ha dado a la humanidad. Continuemos, pues, en nuestra grande misión de descubrir nuevos mundos, y digamos a los orgullosos extranjeros que todavía hay el germen de Colón en nuestra patria, y que si entonces produjo grandes hombres, también ahora hará brotar de nuestro suelo nuevos Elcanos, que tanto enaltecieron el nombre español”.

Monturiol se lamentó de la escasa atención que recibió su invento por parte del Ministro de Marina y del director de Ingenieros de dicho Ministerio.

En septiembre de 1860 realizó un nuevo ensayo, esta vez ante el presidente del Gobierno, O´Donnell, quien mostró interés por las posibles aplicaciones militares del invento.

El 29 de enero de 1861 Monturiol dirigió una carta a la reina Isabel II solicitando que su invento fuese expropiado por causa de utilidad pública:

“En el interés del descubrimiento, de su autor, de la Nación y del Gobierno está la publicidad completa, absoluta, de todo lo que constituye el Ictíneo como vehículo submarino; en el exclusivo del Gobierno que representa la Nación, la propiedad y el secreto de sus medios destructores como arma de guerra. La expropiación por causa de utilidad pública es pues un servicio público, una necesidad manifiesta”.

En marzo se efectuó otra prueba en Alicante ante los ministros de Marina y Fomento, varios parlamentarios y una comisión técnica. La prensa dio popularidad a los trabajos de Monturiol, lo que desembocó en una suscripción nacional iniciada en Barcelona que recaudó en toda España las aportaciones de muchos ciudadanos. Pero la ayuda de las instituciones seguía sin llegar, lo que llevó a Monturiol a dirigir una carta a la nación explicando y solicitando ayuda. En la carta, escrita el 2 de abril de 1862, se podía leer:

“El Gobierno no se atreve a acometerla (la navegación submarina), y sin embargo por ella pudiéramos hacer de nuestra patria la primera de las naciones marítimas del globo (…).

¡Ah! Si los españoles aceptaran la responsabilidad que ha declinado el Gobierno, ¡con qué entusiasmo me lanzaría a una empresa que habría merecido la aprobación de mis compatriotas y de quienes habría recibido la fuerza moral y el impulso positivo! En estos momentos deseo que se decida de la vida o muerte del Ictíneo: si la suscripción se abre en todas partes, el Ictíneo se salva. ¿Quién no comprenderá que debo pedir a todos una pequeñísima parte de sus sobrantes?”.

Monturiol constituyó una sociedad por acciones con el objeto de construir un segundo Ictíneo perfeccionado y aumentado, lo que consiguió tras dos años de trabajo. Este segundo ingenio estaba dotado de motor.

El Ampurdanés, periódico de la localidad natal de Monturiol, recogía con estas palabras el éxito de la botadura del Ictíneo II el 2 de octubre de 1864:

“El domingo a la una menos cuarto se botó el nuevo Ictíneo con toda felicidad. Una explosión de vivas y aplausos le acompañaba mientras hendía majestuosamente las aguas (…). Tu segundo Ictíneo será un elemento poderoso de guerra que nuestra nación se apresurará a adoptar desde luego, así como una máquina industrial que más o menos tarde dará irremisiblemente sus frutos (…). ¡Sí, sí!, gritamos también nosotros; sí, sí, nuestros corazones nos lo aseguran y con nosotros responden casi todos los figuerenses, sí, sí, el Ictíneo será tu gloria, Monturiol, nuestra gloria y la gloria de España, gloria cuyo monumento te levantará la patria, cuando la opinión pública no se vea escamoteada”.

A pesar del entusiasmo inicial la desidia gubernamental, el cansancio de quienes habían aportado dinero y esfuerzos y la nula rentabilidad acabaron por hacer fracasar los planes de Monturiol, quien, triste y desengañado, decidiría abandonar sus trabajos submarinos.

El Ictíneo II acabaría vendido como chatarra en 1868.
En 1873 Monturiol fue nombrado director de la Fábrica Nacional del Sello y salió elegido diputado a Cortes.
El resto de su vida lo pasó en la soledad y el anonimato.
Murió en Barcelona el 6 de septiembre de 1885.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

En 1819 no habían inventado la província de Gerona.

Javi Hispánico dijo...

¿Y?
En el artículo dice que Narciso Monturiol i Estarriol nació en Figueras ¿y donde está Figueras?

Anónimo dijo...

Y según lo que he leído en este blog, estaría en el continente de España y en la nación de Cataluña.

Anónimo dijo...

Los comentarios anteriores demuestran el conocimiento de sus autores, a los quales felicito por sus grandes aportaciones esclarecimiento de dicho artículo. Sólo cabe reseñar que obtuvo alrededor de 60 inmersiones todas con éxito i que las tablas de co2 que hizo todavia hoy son utilizadas, amén de la utilidad del doble casco que construyó. Recordar sólo la mentalidad de los dirigentes de mal llamada españa que aún s xxi han de madurar.
pep.

Anónimo dijo...

Está claro que Monturiol no era comercial y el mando militar de la época era bastante obtuso. Yo de él habría cogido el proyecto y me habria ido a probar en otros países como hizo Colón.